El camino hacia la educación tiene riesgos
Hoy dos profesoras de una institución artística de Kunming han viajado junto conmigo al poblado de Hongpotou. Tras conducir por más de 6 horas, llegamosr a un pequeño pueblo en el camino a la aldea de montaña. Íbamos al pueblo de Hongpotou, separado unos 5 km. de esta localidad, para entregar el resto de los fondos necesarios para la construcción de la escuela Daoming y para aprobar el trabajo que ya se ha hecho después de una inspección.
Hay una mina de carbón al aire libre muy grande aquí, y al mismo tiempo, también es una prisión. El tiempo en la mina de carbón es muy caluroso con un entorno natural terrible, pero esto también es parte del camino que teníamos que recorrer. El coche ya había llegado al final del camino, y estabamos terminando de prepararnos para acabar de subir la montaña a pie. En ese momento vimos un tractor que traía arena y venía hacia nosotros; venía a buscarnos. Al ver el tractor, nos sentimos emocionados, pero vacilantes. Aunque nos pudiéramos ahorrar la dureza 3 horas de subida, era el tractor capaz de subir por un camino solo accesible por carro de bueyes? Subimos al tractor con preocupación.
Una vez que subimos a bordo, el tractor subió la montaña sin descanso, como un animal que acababa de ser alimentado. Cuando llegó a la cuesta abajo fuimos cuesta abajo como locos. Estábamos tan nerviosos que nuestros ojos estaban mirando fijos a la carretera, sujetándonos firmemente con ambas manos a la barandilla del tractor. No nos atrevimos a relajarnos aunque fuera un poco. Media hora más tarde llegamos a nuestro destino.
Al oír el ruido del tractor, un perro en el poblado comenzó a ladrar sin parar. Comenzamos a trabajar inmediatamente después de que nos bajamos. Los aldeanos llegaron a nuestro lado para alejar al perro de nosotros. Las dos cooperantes que vinieron conmigo estaban ocupadas tomando fotografías, cuando de pronto uno de ellos exclamó en voz alta: "" ¡Aiya! He sido mordido por un perro! "" Nos apresuramos para ayudarla a levantar la pata del pantalón, y todo el mundo se quedó atónito. Sólo vimos sangre fresca que fluía de manera constante, un gran trozo de carne había desaparecido de la pantorrilla por el mordisco. Llamamos de inmediato por teléfono al número de prevención de epidemias locales para pedir instrucciones.
Al mismo tiempo, la herida fue atendida. El pueblo envió el tractor nuevo para bajarnos de la montaña. Tres horas más tarde llegamos al hospital, y nos dieron una vacuna contra la rabia. El médico nos advirtió que debemos tener cuidado cuando vayamos a esas aldeas en el futuro. A pesar de que hay vacuna contra la rabia, el período máximo de incubación de la rabia es de más de 10 años. Si se contrae la enfermedad, no existe cura. Por lo tanto, llena de preocupación, espero que mis compañeras cooperantes y los amigos que están caminando a lo largo del camino de la ayuda a la educación tengan especial cuidado de sí mismos! El camino hacia la ayuda a la educación también tiene riesgos.