Segunda jornada del equipo docente de la Universidad de Zhejiang en Mataipo
El sol de la mañana traspasa las nubes para brillar sobre los campos de Mataipo. La risa de los niños acompañada por el sonido de los gallos abrió un nuevo día en la vida del equipo docente de la Universidad de Zhejiang en Mataipo.
Hoy, varios miembros del equipo bajaron a comprar algunas provisiones, mientras yo me quedé con otros 3 miembros de nuestro personal. Los cuatro somos responsables de enseñar en dos clases, es un trabajo realmente duro. Al principio, el enseñar nos hace sentir que tenemos que enfrentar desafíos en todas partes, pero los ojos de los niños nos hacen conscientes de nuestra propia responsabilidad, y su sonrisa inocente disuelve todas nuestras preocupaciones y cansancio, y entramos en comunicación con ellos con todo nuestro alma. Mientras el curso avanza poco a pcoo, en nuestras reuniones de noche que también discutimos cuestiones relacionadas con la investigación y visitas.
Hasta hoy, siento que lo que me impresionó más profundamente fue enseñar una lección de arte a los estudiantes de segundo año de primaria. Les pedí que dibujaran un cuadro de un amigo o un compañero que estuviera junto a ellos, y en la parte posterior del papel escribir el nombre de esa persona y que todos adivinaran quién era la persona del dibujo. Todos ellos comenzaron sus propias creaciones con toda el alma, mirando a escondidas de vez en cuando a la persona que estaban dibujando. Yo aproveché esta oportunidad para grabar su actitud y sus acciones. Unas cuantas chicas atrevidas se levantaron y me preguntaban: "Profesor, te puedo dibujar una falda?" y algunos niños estaban susurrando mi nombre con una voz suave. En este momento, comprendí que lo que estaban dibujando era yo, y me sentí contenta y emocionada por ello. Cuando terminó la clase, recogí todos los dibujos. Al menos la mitad de los dibujos de la clase eran o yo o el resto de los profesores que han venido aquí. Hemos estado con los niños sólo dos días y aún no puedo recordar bien todos sus nombres, pero ellos están dispuestos a utilizar toda su creatividad para pintar lo que somos ante sus ojos. Me conmovió este pequeño pero sincero afecto de los niños. Su honestidad y sinceridad es el regalo más maravilloso para nosotros.
Estando junto con los niños, nunca hemos dejado de sorprendernos e incluso de emocionarnos al ver como todos nosotros estamos creciendo. Podemos ver con nuestros propios ojos qué tipo de niños son, qué necesitan, y todos ellos tienen este tipo de afecto para con nosotros. Esto es realmente lo que nos ha dado nuestra actividad de apoyo a la enseñanza: dentro de esta realidad, comprendemos cada vez mejor a los niños, y nos comprendemos a nosotros mismos también mejor. Ellos nos han cambiado un poco, y nosotros también estamos dispuestos a hacer más por ellos. A la noche, en nuestra reunión de cierre del día, en el corazón de cada uno de nosotros se encienden nuevas expectativas para un nuevo día.
Shi Jingyuan (石静媛)