Testimonio de un empleado del Colegio San Pablo de Macau
El Colegio San Pablo de Macau envió a varias personas a Kunming, incluyendo profesores, alumnos y padres de alumnos, para ver cómo podíamos ayudar a construir una escuela primaria para las minorías étnicas que viven alli. Yo tuve la suerte de formar parte de este grupo. El plan original incluía la visita a tres lugares diferentes, pero como todos esos lugares se encontraban en lugares remotos y montañosos, el coche que llevábamos no pudo aguantar el estado de los caminos. Después de visitar Hongpotou y Shahongkou, el coche se averió y no pudimos llegar al tercer lugar que estaba programado, sino que tuvimos que coger un transporte público para volver a Kunming. No obstante, hemos oído que el tercer lugar es todavía peor que los dos que pudimos ver.
Aunque solo estuvimos tres días en la zona montañosa, tuvimos la oportunidad de experimentar cómo es la vida en estas zonas, y los problemas que tienen los niños que viven allí para poder acceder a un mínimo de educación. Lo que más me impresionó fue las condiciones en que estaban lo que ellos llamaban ""clases"" sus casas y las facilidades médicas. Hongpotou solo tiene dos clases, sin ningún tipo de puertas o ventanas. Las clases están hechas con ramas y hay muchos huecos entre rama y rama. Por ello, en invierno o en época de lluvias, no hay nada que les resguarde del viento o les cubra de la lluvia mientras están en la escuela. No obstante, pudimos observar que nada de esto es un obstáculo para que deseen aprender. Sus casas están todavía en peores condiciones. En un espacio de unos 100 m2 viven juntos las personas y los animales domésticos. Por la noche es frecuente que sufran moderdudas de ratas. Y, como viven en zonas remotas y montañosas donde no hay ninguna clase de médicos, tienen que depender de sí mismos para todo en casos de enfermedades, y así pudimos ver cómo personas que no tienen ninguna preparación médica, podían injecciones a los que se encontraban enfermos.
Esta experiencia me ha abierto los ojos para poder entender mejor cómo ayudar a estas personas a mejorar algo sus condiciones de vida. Aunque viven en unas condicones deplorables, e incluso cuando no disponen de algo tan básico como el agua, no culpan a nadie, sino que aprender a depender de sí mismos para todo y pueden vivir felizmente. Me admiró sobre todo su perseverancia. Esto es porque, en estas zonas montañosas, ni la vivienda ni la comida son fáciles de obtener. Sin embargo, pude ver cómo los niños no se contentan solo con obtener estas dos cosas, sino que están ansiosos por poder aprender, aunque, por varias razones, es muy difícil el poder conseguir un mínimo grado de educación. Todo esto me ha animado a intentar hacer algo por ellos para poder aliviar su situación y carencias, para que puedan salir del estado de pobreza en que se encuentran hoy día. ¿Cómo podríamos ayudarles? ¿Podemos, a largo plazo, aliviar su situación sólo con donaciones económicas? Pienso que solo la eduación puede realmente ayudarles.
Zhu Shuxia (朱淑霞)